En Encuentros Iepri, iniciativa del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el profesor José Gutiérrez Danton, Ph. D. en Sociología y profesor de la Universidad Santo Tomás Sede Medellín, afirma que “los resultados del Acuerdo de Paz han sido particularmente decepcionantes con respecto a la política de erradicación, pues se ha terminado imponiendo una óptica punitiva, apoyada en lugares comunes no probados de que las drogas ilícitas son el motor o combustible del conflicto”.
Desde diferentes sectores se ha señalado al Gobierno como el principal responsable de estos fracasos, cuyas consecuencias han sido devastadoras en Putumayo, Caquetá y Cauca.
Sin embargo, el investigador anota que “el problema de fondo no radica en los evidentes e injustificables incumplimientos del Gobierno ante las comunidades campesinas, sino en la arquitectura y la misma lógica con la cual el Acuerdo enlaza construcción de paz, drogas ilícitas y una peculiar visión de las reformas que necesita el campo colombiano, que excluye de antemano cualquier cuestionamiento al modelo económico”.
“Aunque el Gobierno nacional le hubiera cumplido a las comunidades campesinas al pie de la letra lo que estaba escrito en el Acuerdo, es muy poco probable que se hubiera avanzado de manera significativa hacia la sustitución de los cultivos de uso ilícito por cultivos lícitos alternativos, hacia la solución de los problemas estructurales del campo, o hacia la construcción de una paz estable y duradera.
En Encuentros Iepri, el experto ofrece los resultados de su investigación en la que utiliza la problemática de Argelia (Cauca) como un caso de estudio, que sirve como ejemplo de lo que está sucediendo en varias regiones del país.