En el programa La Paz en Foco, de UN Televisión, el padre De Roux resaltó que lo más importante de la Comisión es escuchar todas las voces que participaron e introducir una construcción colectiva fuerte; además está dirigida a que las cosas no pueden continuar entre nosotros y les da un peso fuerte a las condiciones de no repetición y finalmente, el acontecimiento de la verdad en un país.
“En un país como el nuestro llega un momento en el que la verdad tiene que salir de los escenarios académicos y de las denuncias legítimas de los derechos humanos para que se pueda reflexionar desde los más diversos lugares y formar una conversación colectiva”, destacó el padre De Roux.
Confiesa además que “aunque no ha sido fácil, fuimos encontrando el camino: entendimos que era necesario partir del contacto directo con las víctimas, y por medio de su voz y de documentos muy inmediatos, ya que son escritos por ellos mismos”.
Entre los documentos hay testimonios de víctimas de minas antipersona, de falsos positivos, de desplazamientos, secuestros y extorsiones. “Sabíamos que esta era la primera entrada hacia la verdad para empezar a explorar por qué pasó esto, quiénes lo hicieron, con qué motivos, por qué actuaron con esa sevicia y quiénes pagaban por esto”, señala el padre De Roux.
Explicó además que “ahí empezó un entramado complejo que no permite hacer ninguna interpretación en causas lineales; por ejemplo, el paramilitarismo está lejos de ser simplemente las autodefensas o un grupo llamados paramilitares, sino que tiene implicaciones políticas, militares y económicas, de maneras de concebir el país”.
Más adelante pasaron de los testimonios a esfuerzos de entender esta complejidad, contrastando lo que encontraban y planteando lugares para poder conversar e intentando siempre incluir diversos puntos de vista.
La conversación más reciente de la Comisión de la Verdad se dio con el exsenador y expresidente Álvaro Uribe Vélez sobre las acciones que ejecutó durante su Gobierno.