En sus obras La división del trabajo social y El suicidio, el filósofo francés Émile Durkheim (1858-1917) desarrolla el concepto de anomia identificando el momento en el que los vínculos sociales se debilitan y la sociedad pierde su fuerza para integrar y regular adecuadamente a los individuos, generando fenómenos sociales como el suicidio.
Las consecuencias de la anomia van desde la inadaptación a las normas sociales hasta la trasgresión de las leyes y las conductas antisociales.
El profesor Víctor Reyes Morris, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien ha venido estudiando el fenómeno desde hace algunos años, señala que la sociedad colombiana es muy desigual y no está cohesionada socialmente, entre otras razones porque persiste la histórica negación de plenos derechos que fortalecen distintas formas de discriminación o exclusión.
Con respecto a la inseguridad, afirma que “la recurrencia a la violencia es expresión de un conflicto normativo: la inexistencia de reglas sociales de convivencia comúnmente aceptadas, respetadas y cumplidas por todos, pues se suele pensar que la ‘ley es para los de ruana’”.