Ante la inminente llegada del nuevo semestre, y en medio de las condiciones excepcionales impuestas por la pandemia del COVID-19, con su forzosa realidad de la educación a distancia, considero conveniente revelarles a los nuevos estudiantes universitarios los dos secretos que necesitan para mantenerse a flote en esa turbulenta transición del colegio a la universidad. Solo son dos simples palabras: motivación y disciplina.
Motivación: “consigue una carrera que te guste y no tendrás que sufrir el resto de tu vida”.
El gusto por la carrera elegida es la principal motivación que usted como alumno debe tener; a veces ese gusto se obtiene gracias a profesores dinámicos y con gran amor por su profesión, a veces ya se tiene una gran motivación, o a veces simplemente la familia es el motor mismo de la motivación. No existe una única razón para motivarse, pero mantenerse motivado es muy importante. Busque sorprenderse con lo aprendido permanentemente, interactúe con compañeros y profesores que sientan pasión por su trabajo, intégrese a grupos en redes sociales que muestran el lado agradable de su profesión, asista a seminarios y clases en los que se vea el desarrollo de su carrera, llénese de motivos para amar lo que hace. Permanecer motivado hará que usted se levante más fácilmente en la mañana, y disfrute largas noches de insomnio académico.
Disciplina: “la genialidad es 99 % transpiración y 1 % inspiración”.
No existe la más mínima posibilidad de obtener éxito si no se tiene disciplina, y esta se obtiene a partir de una combinación de buenas rutinas diarias y motivación permanente. Dentro de las buenas rutinas vale la pena mencionar algunas:
La receta de la motivación y la disciplina, aunque obvia, no está exenta de imperfecciones, y usted puede tener problemas, si llega a tener problemas pida ayuda. No está mal hacerlo y por el contrario le evitará inconvenientes en el futuro; entre más rápido pida ayuda más fácil será encontrar una solución. Use los sistemas de Bienestar de la universidad, de profesores tutores, de las direcciones o coordinaciones académicas y hasta de compañeros de semestres superiores para pedir orientación a dónde dirigirse, aprender a pedir ayuda también es parte de su formación profesional, y es muy posible que usted se dé cuenta de que su difícil problema tiene una solución sencilla, pues increíblemente otras personas ya han tenido el mismo problema y la universidad ya ha creado mecanismos de apoyo para ayudarlo.
Por último, disfrute la universidad. No existe una institución que haga un cambio tan radical en la vida de una persona como una universidad. Y no existe un momento más interesante para ir a una universidad que en medio de una crisis como la que estamos viviendo por la pandemia, pues es en medio de estos momentos en que la historia cambia a las instituciones, y formar parte de esos cambios también le dará la oportunidad de cambiar la historia. Saque el mejor provecho de su paso por la universidad, y recuerde que lo único que ella le pide a usted es que cambie el mundo.